viernes, 20 de febrero de 2009

El encantamiento gallego

ARTESANÍA


Sobreviviendo a la dictadura Franquista, a las invasiones culturales, a los flujos migratorios,  a
los temporales


desastres ecológicos 









y un sin fin de amenazas a sus tierras, nuestra cultura, el espíritu caprichoso de los duendes que poblan los bosques, la cultura, sigue hoy en día evocando en todo su esplendor una de las facetas más representativas de un Dejá vu.
Todo sucede, surge, nace y se reproduce, parece un río de fértiles aguas, llenas de vida y que se resisten a morir en el mar, el mar de todos, el final de las culturas, el adiós.


Poesía
Ya no mana el manantial
Ya no mana la fuente, se agotó el manantial; 
ya el viajero allí nunca va su sed apagar.
Ya no brota la hierba, ni florece el narciso,
ni en los aires esparcen su fragancia los lirios.
Sólo el cauce arenoso de la seca corriente
le recuerda al sediento el horror de la muerte.
¡Más no importa! A lo lejos otro arroyo murmura
tiende en torno del agua su fresquísima sombra.
El sediento viajero que el camino atraviesa, 
humedece los labios en la linfa serena
del arroyo que el árbol con sus ramas sombrea,
y dichoso se olvida de la fuente ya seca.

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